Falta de inversiones: Conesa estuvo más de 8 horas sin energía eléctrica

Este lunes se registró un nuevo corte luz de alrededor de 8 horas en General Conesa, una de las localidades más afectadas por las deficiencias del servicio a cargo de la empresa Edersa.
En esta oportunidad la falta de energía se habría ocasionado por la caída de postes en el tendido que une San Antonio Oeste con Conesa, según pudo averiguar e informó un medio radial de la localidad.
Nada nuevo. Los cortes en General Conesa son frecuentes, y algunos de varias horas de duración, la mayoría de las veces por causas atribuibles a la falta de inversión de la Empresa distribuidora de energía Edersa.
A fines del 2016 Edersa le presentó al EPRE (Ente Provincial Regulador de la Electricidad) un plan de inversiones por 500 millones de pesos a desarrollar en 5 años. A cambio solicitó el aval para aumentar el valor de la tarifa de la electricidad en Río Negro. Ese aumento y otros posteriores llegaron, pero las inversiones comprometidas no tanto.
Llamativamente, a diferencia de lo que sucede en otras localidades a partir de la escasa intervención del EPRE, no hay registró de que los usuarios de General Conesa sean incluidos en las sanciones que impone el organismo regulador, por las cuales se les devuelve parte de lo abonado en las facturas por el servicio mal prestado.
Los rionegrinos están atados a Edersa por varios años
A pesar de que CALF, la prestadora de servicio eléctrico de Neuquén, ha mostrado interés en hacerse cargo de la energía eléctrica en Río Negro, Edersa mantiene la concesión por 95 años que consiguió luego de la privatización del servicio en 1996. Y a muy pocos dirigentes con poder de decisión parece importarles que los rionegrinos sigan atados a un servicio que no se presta de manera adecuada.
El EPRE pude multar a Edersa todas las veces que quiera (que no son muchas), y la situación no va a cambiar. Porque la prestación sigue estando en manos de una Empresa que entendió que resulta más barato pagar multas que realizar las inversiones.
Además, lleva adelante una importante presencia publicitaria en medios de comunicación para evitar que las críticas se profundicen.
Así, todos (o la mayoría) miran para otro lado. Y al final de cuentas, los que sufren el mal servicio están obligados a seguir pagando. En el fondo, son los únicos que están obligados a cumplir.