Si malgastan los dineros públicos, no culpen a la pandemia por las dificultades financieras

(*).- Bariloche tiene 986 casos activos de coronavirus, según el último reporte del martes 8 de diciembre, con 42 casos positivos solo en esa jornada. Es la ciudad rionegrina con mayor número de casos. Por esta razón, junto a Dina Huapi, son las únicas localidades rionegrinas que siguen en Aislamiento Social. Por otra parte, la provincia de Río Negro tiene serios problemas financieros. Está viviendo de prestado, para ser más claro. En gran parte como consecuencia de la pandemia pero también por otras razones.
En este contexto, el pasado viernes 4 de diciembre el Gobierno provincial reunió en Bariloche a 36 directores y directoras de hospitales de la provincia.
Esta reunión es cuanto menos polémica por dos razones: la primera de ellas, el coronavirus sigue presente, sobre todo en Bariloche, por lo que resulta descabellado reunir a personas de toda la provincia en ese lugar. Por otro lado, en medio de la crisis provincial, argumento utilizado para negarle un aumento razonable al personal de Salud por “falta de fondos”, se realiza un gasto innecesario en movilidad y otros derivados para llevar adelante una reunión que se puede realizar virtualmente como sucedía hasta ahora. Si la gobernadora Carreras, tal como lo cita el parte de prensa oficial, quería destacar la “fuerza imparable” de los directores de hospitales durante la pandemia podría haber elegido otra forma de hacer llegar el mensaje. Que, además, no era ni prioritario ni necesario.
El motivo real, claramente, era obtener una foto que genere la idea de un gobierno comprometido con el sistema de salud provincial y que cuenta con el respaldo de los trabajadores de Salud a partir de la presencia de los directivos de los hospitales. De hecho esa foto, que le sale cara a los rionegrinos, es la portada del facebook de la gobernadora Arabela Carreras.
El gobierno de Arabela Carreras le niega un aumento acorde a la tarea realizada al personal de salud, pero sigue dilapidando recursos que se podrían destinar a tal fin. Ejemplo: ¿por qué sale de las arcas de una provincia con dificultades financieras el pago de los barbijos que usan los funcionarios y empleados públicos con el logo del gobierno de Río Negro o de las distintas reparticiones de la administración provincial?. Es decir que mientras los miles de desocupados de esta provincia hacen malabares para cumplir con la reglamentación de usar tapabocas, los funcionarios los tienen gratis y en cantidad. Para muestra basta decir que en noviembre la Secretaria General de la Gobernación compró 400 barbijos por 116.000 pesos, en octubre el Tribunal de Cuentas provincial compró 150 por 40.000 pesos, el Ministerio de Obras y Servicios Públicos adquirió 300 por 54.000 pesos, en septiembre la Secretaria de Trabajo otros 300 por 82.300 pesos. Y así podríamos seguir enumerando. Estos datos están publicados en el sitio oficial de compras de la Provincia.
Además, se siguen creando cargos y sumando funcionarios como si no pasara nada. En septiembre, plena pandemia, se creó la Dirección de Acuicultura (área para potenciar la industria de cría de peces y plantas acuáticas). También se nombraron nuevos funcionarios en la Secretaría de Estado de Trabajo, entre otros promocionados desde el portal de comunicación oficial del gobierno rionegrino. Como si fuera poco, muchos de los funcionarios siguen habitando viviendas oficiales por las que los rionegrinos pagamos jugosos alquileres. O sea que mientras un parte importante de la sociedad tiene dificultades en su economía diaria, muchos funcionarios (de sueldos muy superiores a los que percibe el personal de salud, policial o cualquiera de los que se puso al frente de la pandemia) tienen cubiertos por el Estado los gastos de vivienda, movilidad, teléfono y, como si fuera poco, hasta los barbijos.
En resumen, la Provincia tiene recursos lo que no tiene claro su Gobierno son las prioridades y el discurso de austeridad nunca abandonó el terreno de las palabras. En los hechos, la política provincial sigue funcionando como si la casa estuviera en orden.
*Nota de Opinión Editorial.-